viernes, 19 de abril de 2024

COMO SI YO ESTUVIERA SUFRIENDO, de las revelaciones de Luisa Piccarreta sobre la Pasión de Nuestro Señor


 ¿De qué sirve  al hombre ganar 

todo el mundo si pierde su alma? 

Evangelio de San Marcos, cap. 8, vers. 36




"Hija Mía, quien piensa siempre en Mi Pasión forma en su corazón una fuente, y por cuanto más piensa en ella, tanto más esta fuente se agranda, y como las aguas que brotan son aguas comunes a todos, así esta fuente de Mi Pasión que se  forma en el corazón sirve para bien del alma, para Gloria Mía y para bien de las criaturas". 

Y yo: "Dime bien mío, ¿qué cosa darás en recompensa a  aquellos que harán las Horas de la Pasión (1) como Tú me las has enseñado?".

Y Él: "Hija Mía, estas Horas no las consideraré como cosas vuestras, sino como hechas por Mí, os daré Mis mismos méritos como si Yo estuviera sufriendo en acto Mi Pasión y los mismos efectos según las disposiciones de las almas, esto en la tierra, premio mayor no podría darles; luego en el Cielo, a estas almas Me las pondré de frente, saeteándolas con saetas de amor y de contentos por cuantas veces han hecho las Horas de Mi Pasión, y ellas me saetearán a Mí. ¡Qué dulce encanto será esto para todos los Bienaventurados!". 


Revelación de Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, 
el 6 de Septiembre de 1913


NOTA:

1) Se refiere a Las Horas de la Pasión; toca AQUÍ para acceder a sus textos.




jueves, 18 de abril de 2024

OFRENDA DE AMOR A LA VIRGEN, de las Revelaciones al Hno. Estanislao José.



               Ofrenda heroica a mi Purísima Madre Inmaculada en el día de Su Fiesta, Nuestra Señora del Amor Hermoso, 31 de Mayo de 1926. 

               Madre mía amadísima, por puro amor a Ti, para probarte mi amor, para ofrendarme más intensamente a Ti, para pertenecerte más completamente, para decirte que soy Tuyo incondicionalmente, para que hagas de mí lo que Te plazca, para procurar Tu Gloria, para defenderte, para hacerte reinar, vengo hoy, Madre mía, como Tu hijo que Te ama a postrarme a Tus pies y a entregarme a fondo a Ti, a donarte lo que más se estima, a cederte lo que más se ama y a ofrecerme a sufrir lo que más repugna, lo que más humilla… y lo hago para probarte mi amor puro, desinteresado y verdadero, y para procurar Tu Gloria tal como Tú lo deseas. 

               Mi Santo Padre San Juan Bautista de La Salle sostuvo durante algún tiempo aquella lucha interna entre lo que le dictaba la razón natural, y entre lo que le pedían las exigencias divinas; por fin triunfó la gracia y animado por una voluntad y por un amor a Ti muy grandes se dijo: "Daré todo y seguiré el llamamiento divino, aunque me vea precisado a pedir limosna y a vivir de solo pan". A su ejemplo, Madre mía, yo Te entrego, no mis riquezas que no las tengo, pero sí, mi voluntad, mi juicio, mi honor, mi querer, mi vida y todo lo que me ha de acaecer durante ella, Te entrego incondicionalmente lo intenso del amor que siento en mí, lo que más me agrade, lo que más os plazca, todo, sin restringir un ápice de lo que hay en mí. Y luego Madre, Te doy mi alma, mi corazón, mis afectos, mis facultades, todo cuanto Te pueda dar, pero siempre incondicionalmente y por puro amor. 

               Y por puro amor también, a Ti me ofrezco para procurar Tu Gloria por el medio que Tú quieras ser glorificada en mí y por los fines que Tú quieras que Te glorifique yo, y con este fin Te cedo mi honor, mi reputación, mi todo, y me ofrezco a Ti hasta para ser calumniado por Tu amor, tratado de loco, hasta para mendigar, hasta para ser engañado, hasta vivir ilusionado y vivir toda la vida así, con tal, Madre mía, de que no Te desagrade, pues más quisiera ir aun al mismo Infierno antes que contristarte una sola vez; y de que sirva para darte Gloria, único ideal que cultiva y apasiona mi alma. 

               Y tan puramente Te amo Madre mía, que hasta me ofrezco para ser arrojado del Instituto y éste sería para mí, el sacrificio cumbre que Tú podrías imponerme, pues bien sabes que después de Ti, es mi amada vocación lo que más amo en este mundo, y sólo Tu Voluntad, o la calumnia o la prueba, serían capaces de arrancármela, pero no obstante si esto llegase, aunque me costara sangre cumpliría, y con puro amor Te entregaría esa joya. 

               En una palabra, Madre mía amadísima, quiero amarte porque eres Pura, porque eres Celeste, porque eres digna de amor, porque eres mi Madre y por eso quiero darte Gloria, y por eso quiero humillarme y por eso quiero siempre querer lo que Tú quieras y amar lo que Tú quieras que ame y no más, y hacer lo que Tú quieras que haga, no más, y vivir donde Tú quieras que viva, no más, y ser Tu juguetito siempre, Tu niño chiquitín que Te haga sonreír, Tu víctima incondicional y Tu apóstol, pero apóstol de la Madre Eucarística de Jesús. 

               Te ofrezco todo cuanto Tú quieras que Te dé ahora, más tarde y siempre: sólo quiero, sólo anhelo, sólo ansío ser Tu hijo; esto es lo que llena mi alma. Y todo esto lo hago, Madre, para que seas conocida, amada, querida, venerada; para que seas llamada por todas partes Madre y Reina de los mortales. 

               Tu hijo que te ama y Te quiere hacer reinar. Morir por Tu amor, Madre, anhela mi alma. 


Fmdo. Hermano Estanislao José


               Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso. 

               Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor. 

               El Hermano Estanislao José murió en Griñón (Madrid), el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones.



miércoles, 17 de abril de 2024

SÚPLICA CONFIADA A NUESTRO PADRE Y SEÑOR SAN JOSÉ



               San José es el receptor de la elección definitiva, de la nueva Alianza de Dios con el hombre: "José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu mujer, pues lo que se engendró en ella es del Espíritu Santo: dará a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados… José… hizo como el Ángel del Señor le ordenó y recibió consigo a su mujer, la cual, sin que él antes la conociese, dio a luz un Hijo y él le puso por nombre Jesús" (Evangelio de San Mateo, cap. 1, vers. 20…). 

               ¡Altísimo encargo de Dios a San José! ¡Confianza sin límite puesta por Dios en San José! Dios confió a San José sus tesoros más preciosos, Jesús y María. Esta conducta de Dios presupone que Dios tiene de José altísimo concepto, que lo elige para una misión única, especialísima y que le da para ello gracias excepcionales sobre toda otra gracia dada a los hombres. 

               San José, Santo Patriarca, dio su ‘Fiat’ incondicional a Dios que lo elegía para padre virginal y protector de su Hijo. Es el servicio que Dios quiso de José para incoar el misterio de la salvación del mundo. San José abrió la puerta a Dios para que Jesús pudiese entrar en el mundo según el proyecto que el Padre tenía. 

               Santa María, Esposa de José, es destinada por Dios a Madre de su Hijo uno, con uno y el mismo decreto con el que Jesús es destinado a Hijo de Dios Salvador. Luego José es destinado también por Dios en este uno y mismo decreto a la formación de su Hijo para Salvador Redentor. Esto parece debe ser así dada la estrecha unión querida por Dios en los esposos ("y serán los dos una sola carne") y el dominio que daba Dios al Esposo sobre la Esposa en el Antiguo Testamento y el destino de la esposa como ayuda adecuada al esposo. 

               San José dio su matrimonio a Dios, en completa abnegación suya, para la introducción de su Hijo en el mundo. S. José con pleno derecho legal puso el nombre de Jesús al Verbo encarnado. ¡Grande es pues su mérito, grande su dignidad! 


Padre Rodrigo Molina



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Se permite su copia y difusión, sin fines de lucro.




martes, 16 de abril de 2024

ESTAMPA DEVOCIONAL DE LAS ORACIONES ENSEÑADAS EN FÁTIMA

            

                A petición de un buen hermano y amigo de México, recopilo en una estampa devocional las Oraciones que -por orden cronológico- el Ángel de Portugal y la Santísima Virgen enseñaran a los niños videntes de Fátima, entre el Verano de 1916 y hasta Julio de 1917. 



                Como ocurre con casi todas las imágenes que preparo, sólo tienes que hacer clic sobre ella para verla y guardarla en su tamaño original; está ideada para ser impresa a doble cara, en un díptico que se puede doblar por la mitad; lo ideal es hacerlo en papel plastificado o bien en papel de cierta calidad para luego plastificarla y así poder conservarla mejor. 

                Pido a Dios y a Nuestra Santa Madre que te sea de gran provecho espiritual; puedes rezar dichas oraciones en tu propia casa, buscando la intimidad con Jesús y María, a modo de jaculatorias mientras haces labores y también en la iglesia, en particular antes y después de comulgar, a modo de acto de deseo y de acción de gracias por la Comunión recibida. 



                En cualquier momento, la fórmula que comienza nombrando a la Santísima Trinidad, puede bien servirte, en casa, en el templo o en cualquier lugar, para realizar una piadosa Comunión Espiritual. A cambio de este pequeño gesto, te ruego la limosna de una oración por mi persona e intenciones.



LOS TRECE MARTES DE SAN ANTONIO. MARTES 5 º: LA LONGANIMIDAD

      

Del 19 de Marzo
al 11 de Junio de 2024

          San Antonio de Padua murió para este mundo el Viernes 13 de Junio del año 1231; el Martes siguiente, sus restos mortales fueron trasladados desde Arcella a la ciudad de Padua, donde reposan hasta hoy; durante el camino fueron muchos los prodigios que obraron las reliquias del Santo franciscano, de ahí que entre sus devotos comenzara la costumbre de encomendarse al Santo los Martes; inicialmente durante nueve consecutivos, pero con el tiempo se ampliaron hasta 13, para hacerlos coincidir en número con el día de San Antonio. 

          Se pueden rezar Los Trece Martes en cualquier época del año, tan solo se exige que se realicen con Piedad, en gracia de Dios y de forma consecutiva, para poder ganar las indulgencias que le están concedidas.

          Fue el Papa León XIII quien el 1 de Marzo de 1898, concedió una Indulgencia Plenaria para cada uno de Los Trece Martes consecutivos; las almas devotas que realicen esta práctica deben acercarse además a los Sacramentos de la Comunión y la Confesión en el trascurso de esta súplica a San Antonio.




            Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro + 

            En el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN


            Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

            Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en Vuestra Bondad y Misericordia infinita, que me los perdonaréis, por los méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en Vuestro Santo Amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL


            Postrado a tus pies, oh amantísimo protector mío San Antonio, te ofrezco el piadoso ejercicio que voy a practicar para que me alcances del Señor el perdón de mis pecados, las virtudes propias de mi estado, la perseverancia final y la gracia especial que solicito con esta devoción. Más si ésta no me conviniese, obtenme conformidad con la Voluntad de Dios. Amén.


MARTES 5º: LA LONGANIMIDAD

            ¡Oh, generoso Abogado de los pobres, San Antonio! Haced que yo me enamore de la longanimidad para merecer de Dios mayores gracias y mercedes y obtener la eterna felicidad.        

A continuación rezamos un Padrenuestro
un Avemaría y un Gloria. Luego, terminamos 
rezando el tradicional Responsorio de San Antonio...




Y terminamos este ejercicio piadoso signándonos 
en el Nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.



lunes, 15 de abril de 2024

AMOR DE DIOS REGADO CON DOLOR MÍO, por el Padre Valentín de San José, Carmelita Descalzo de Las Batuecas, capítulo VI, punto 34-36



               Los escritores espirituales de los tiempos que nos precedieron resaltaban en sus reflexiones la grandeza del beneficio que Dios nos había hecho dándonos y conservándonos el ser que tenemos, por el cual deberíamos darle inmensas gracias. Hoy esta reflexión ni convence ni impresiona. Las muchas lágrimas, las desazones e inseguridades que nos oprimen, anublan los ojos y no dejan ver el beneficio cuando la Fe y la esperanza no iluminan la belleza del premio del Cielo. Lo que alegra la voluntad y la llena de gozo es saber que Dios me ha criado para la felicidad eterna del Cielo. Mi espíritu salta de contento pensando que veré a Dios y estaré y seré feliz con Su misma felicidad y viviendo en Él Su misma Vida, y la viviré y gozaré eternamente. Y tanta será mi felicidad cuantos sean los méritos que yo acumule. La tierra para mí es sólo lugar de paso, una mala noche en una mala posada, y el tiempo de sembrar lo que he de recoger en el Cielo. 

               Son muchos los trabajos, los sufrimientos y dolores de esta vida para ser apetecida si no está transformada por la esperanza del Cielo. Ya San Pablo hacía esta reflexión: los Cristianos, si sólo tenemos esperanza en Cristo mientras dura nuestra vida, somos los más desdichados de todos los hombres (Cor 15, 19), viviendo la vida de sacrificio que abrazamos. Loco y fuera de toda cordura es abrazar el sacrificio por el sacrificio. Eso está contra la naturaleza humana, que ha sido creada para la felicidad. Se abraza el dolor por una razón más alta y sobrenatural. Se abraza para merecer el Cielo y porque es semilla que producirá dicha eterna. Sin la esperanza del Cielo el hombre sería más desdichado que los animales. El pájaro y el cordero saltan contentos; la abeja vuela de flor en flor libando mieles sin pensar en la muerte ni en el dolor futuro. 

               El hombre vive el dolor del cuerpo y el más penoso aún del espíritu, y hasta el posible dolor futuro. Pero me has prometido, Dios mío, la felicidad del Cielo después de pasar por la muerte y eres mi Padre, y eres la Verdad y no me engañas. Estoy en la tierra para sembrar durante estos pocos días de vida la semilla de dicha perenne que recogeré en el Cielo. Y la semilla es Amor de Dios regado con dolor mío, vivificado por la gracia en la esperanza. No se siembra para tirar, sino para recoger multiplicada la semilla y transformada en Felicidad del Cielo. Y serán bienaventurados los que lloran y sufren para el Cielo. San Pablo también me dejó escrito: Lo que se siembre, eso se recogerá; el que siembra para el espíritu, del espíritu recogerá Vida Eterna (Gal 6, 8), y según sea la siembra será la recolección (Cor 9, 6). La tierra es valle de esperanza de Cielo. No esperaré en las criaturas, pero espero en el Criador. Viviré en el Criador, mi Dios, y viviré Su misma Vida y Su misma Felicidad.

               Los Santos fueron sabiamente avariciosos en sembrar buenas obras y están en el Cielo recogiendo ya dicha y recogerán delicia sin fin y sin interrupción. Sembraron para el Cielo. Con ellos debo hacerme esta reflexión: Un momento es el sufrir y eterno será el gozar. Con la gracia de Dios, que nunca les faltó, sufrieron los mártires sus tormentos tan terribles, que sin la especial gracia serían insufribles; pero veo a San Lorenzo saltar del fuego de las parrillas a las delicias del Cielo, y del fuego lento en que son quemados, atados a un madero, los mártires del Japón, son trasladados a los resplandores de los ángeles gloriosos. Condenan a la jovencita Alodia a la muerte que acaban de dar a su hermana Nunilona y, al extender ella gozosa su cabeza para que se la corten, la oigo decir: Espera un momento, hermana, para entrar juntas en el Cielo (1). 

               Durísimas penitencias hicieron muchos confesores, y apenas fallecido se aparece glorioso San Pedro de Alcántara a Santa Teresa de Jesús y le dice: Bienaventurada penitencia que tanto premio había merecido (2). No le pesaba lo que había sufrido, sino que le alegraba y no se le acabará el gozar. Por la penitencia que abrazaron San Antonio y San Hilarión y Santa Taus y tantos otros millones de Santos y almas ofrecidas en silencio y sacrificio a Dios y por las terribles penitencias que practicaban, disfrutan ahora, y disfrutarán ya para siempre, de la compañía de Dios y de la de los Ángeles y Bienaventurados del Cielo, y están en continuos, insospechables y eternos goces. Viven ya en el para siempre gozar y para siempre estar en la exaltación de la sabiduría, de la alegría, de la jubilosa delicia de Dios. Porque no son de comparar los sufrimientos o penas de la vida presente con aquella gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros (Rom 8, 18).

               Y Jesucristo, como buen Capitán que va a la cabeza de los Suyos, abrazó los terribles dolores y menosprecios de Su Pasión y ganó para siempre ser el Rey inmortal del Universo y de todas las criaturas por todos los siglos. Porque breve es el penar y eterno será el gozar, según nos enseña la Fe y la esperanza. Todo el que siembre en virtud, en amor de Dios, en sacrificio y oración, recogerá cien doblado y vida y felicidad eterna en proporción de sus obras y de su amor y entrega a Dios. No una felicidad como podemos soñarla ni aun desearla mientras vivimos ahora en la tierra, sino una felicidad sobrenatural como las facultades del hombre no pueden comprender ni imaginar. 

               Seremos felices con la  felicidad del mismo Dios. Nos lo ha prometido Él. Nos ha criado para la dicha. Viviremos en Dios la Vida gloriosa de Dios. Eso es el Cielo. ¡Oh grandeza y hermosura tan insoñable!. La felicidad está en el Cielo y después del paso de la muerte. La muerte es arco triunfal para entrar en el Cielo (3). 

               El Cielo es nuestro dichoso y último fin. Sembramos para recoger. Sembremos en espíritu para recoger vida eterna. Hemos sido criados para el Cielo pasando muy rápidamente desde las sombras de la tierra al sol indeficiente de la dicha, de la delicia y del gozo. Dios nos ha criado para la Felicidad del Cielo y exige que nosotros mismos, con Su gracia, sembremos la semilla de las virtudes y bien obrar y deseemos y procuremos y le pidamos el Cielo, la felicidad, la dicha cumplida. Alentadora es la frase de Fray Luis de Granada: No da Dios deseos a los suyos para atormentarlos, sino para cumplirlos y disponerlos para otros mayores (4). Y Santa Teresa se solazaba mirando al Cielo y diciendo: Con sólo mirar al Cielo recoge el alma (5).


NOTAS

1) Isabel Flores de Lemus: Año Cristiano Ibero Americano, 22, X. 
2) Santa Teresa de Jesús, Vida, 27, 19.
3) Un Carmelita Descalzo: Alegría de morir, caps. II. 4. 
4) Fray Luis de Granada: Tratado VII del Amor de Dios, cap. I, prf. II. 
5) Santa Teresa de Jesús: Vida, 38, 6.





domingo, 14 de abril de 2024

DOMINICA DEL BUEN PASTOR

 

Andabais como ovejas descarriadas, 
mas ahora os habéis convertido al Pastor 
y Custodio de vuestras almas. 

I Epístola de San Pedro, cap. 2




               Los antiguos Cristianos de Roma se reunían hoy en San Pedro, por el Domingo del Buen Pastor, el cual después de Su Resurrección, nombró a San Pedro Pastor visible de todas Sus ovejas y corderos. Hoy es el día de acordarnos de lo que el Buen Pastor ha hecho por nosotros, por eso diremos en el Introito de la Misa "la tierra está llena de la Misericordia del Señor. Alegraos pues Justos en el Señor..." Y es que durante la Consagración de las Sagradas Especies, el Buen Pastor se presenta real, personal y substancialmente a nosotros, para inmolarse en el Altar; de este Sacrificio fluyen hasta nosotros todas las Misericordias, todas las fuerzas de la Vida Espiritual.

               San Pedro, a quien Jesús resucitado constituyó cabeza y Pastor de su Iglesia, nos explica en la Epístola de la Misa que Cristo es el Pastor de nuestras almas que eran como ovejas descarriadas. Es Él, verdadero Dios y verdadero hombre, quien ha venido a dar su vida por ellas y reunirlas en un solo rebaño:

               "Llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para la justicia, y por sus heridas hemos sido curados. Porque erais como ovejas descarriadas; más ahora os habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas" (1 Carta de San Pedro, cap. 2, vers. 24-25).

               El Evangelio es el de la parábola del Buen Pastor, que defiende a sus ovejas contra los ataques del lobo y las preserva de la muerte. Es la voz fiel del Padre; Él conoce a cada alma particularmente; Él da su vida por sus ovejas:

               "Tengo otras ovejas que no son de este aprisco, y es preciso que yo las traiga, y oirán mi voz, y habrá un sólo rebaño y un sólo pastor" (Evangelio de San Juan, cap. 10, vers. 16).

               Para atraer a las almas hacia Él, el buen Pastor ha subido al madero de la Cruz. Es allí donde se ofrece como hostia pura e inmaculada y nos da la salud en su oblación sagrada. Ahí nos ha merecido la gracia de una nueva vida.

               Hoy es a través del Ministerio de los Sacerdotes que Nuestro Señor Jesucristo aplica los méritos infinitos de su Sacrificio para la santificación de las almas. Es en el altar que sus ministros realizan el acto perfecto del culto divino y conducen a las ovejas a su Pastor, las alimentan con su Cuerpo y su Sangre.


EL EVANGELIO DE HOY


               "En aquellos días dijo Jesús a los fariseos: Yo Soy el Buen Pastor. El Buen Pastor sacrifica Su vida por Sus ovejas. Pero el mercenario, y el que no es propio Pastor, como no son suyas las ovejas, viendo venir al lobo, desampara las ovejas y huye, el lobo las arrebata y dispersa el rebaño; el mercenario huye porque es asalariado, y no tiene interés en las ovejas. 

               Yo Soy el Buen Pastor, y conozco Mis ovejas, y Mis ovejas Me conocen a Mí. Así como el Padre Me conoce a Mí, así conozco Yo al Padre, y doy Mi vida por Mis ovejas. Tengo también otras ovejas que no son de este aprisco, las cuales debo Yo recoger y oirán Mi voz, y se hará un solo rebaño y un solo Pastor."


Evangelio de San Juan, cap. 10, vers. 11-16




sábado, 13 de abril de 2024

SOBRE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, en el 170 Aniversario del Dogma

 


               ¿Pudo Dios preservar a ciertos Ángeles de toda mancha de pecado, y no podía preservar a Su propia Madre? ¿Pudo Dios crear a Eva sin mancha de pecado y no iba a poder crear el Alma de María sin esa mancha? Y si pudo hacerlo y Le convenía hacerlo, ¿por qué no iba a hacerlo? 


San Anselmo de Canterbury
 Doctor de la Iglesia (*)


               En España fue la Universidad de Valencia la primera que hizo solemne juramento de defender la prerrogativa de la Concepción sin mancha de María en el año 1530. La fórmula era la siguiente:

               "Ego… iuro quod quatenus per Sedem Apostolicam licebit tenebo defendendam predicabo atque docebo Beatam Virginem Dei Genitricem Mariam praeveniente Spiritus Sancti gratia absque ulla peccati originales labe fuisse conceptam".

               "Yo… juro que en cuanto me lo permita la Santa Sede Apostólica, mantendré, defenderé, predicaré y enseñaré que la Bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, antecediendo la gracia del Espíritu Santo, fue concebida sin ninguna mancha de pecado original".

               La de Osuna el 8 de Diciembre de 1549. El resto de las universidades españolas realizaron el juramento inmaculista a partir del año 1617 aunque no fueron los claustros universitarios los primeros que juraron su defensa, sino el pueblo: primero la villa de Madrid el día 20 de Abril de 1438; a ella le siguieron Huesca (1450), Villalpando (1466) y ya en el siglo XVII, Palencia (1615), Écija (1615), Jerez de la Frontera (1615), Santiago (1616), Sevilla (1617), Granada (1617), Barcelona (1618), Salamanca (1618), Valladolid (1618), Zaragoza (1619) y Bilbao (1620). 


María Dolores Rodríguez Godino, "Margaritas Hispánicas"


              (*) La palabra "Doctor" viene del verbo latino "docere" que quiere decir "enseñar". Dentro de la Iglesia se le llama así, oficialmente a manera de título, a ciertos escritores eclesiásticos por su gran aportación a la Fe y al pensamiento teológico dentro de la Doctrina Cristiana. En la Edad Media el Papa Bonifacio VIII consagró el título "Doctor de la Iglesia" ordenando que sus fiestas fueran consideradas como dobles en toda la Iglesia. Para que un Santo sea considerado Doctor de la Iglesia se deben de cumplir tres condiciones:

          - "Eminens doctrina", esto es conocimiento eminente. Es decir, que contenga un rigor intelectual coherente y en concordancia con el Evangelio y el quehacer de la Iglesia.

          - "Insignis vitae sanctitas", tener alto grado de santidad. Esto es que la persona haya tenido una vida ejemplar y cristiana, de ahí que antes de ser proclamados como Doctores han de estar canonizados por la Iglesia.

         - "Ecclesiae declaratio", proclamación por la Iglesia. Debe haber una declaración del Papa o de un Concilio General, si bien que hasta el presente sólo han sido proclamados por el Papa.



viernes, 12 de abril de 2024

DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA PARTIDA DE AMPARO ORTEGA

 


QUIEN PARTICIPA EN LAS PENAS DE MI PASIÓN PUEDE OBTENER LO QUE QUIERE, de las revelaciones de Luisa Piccarreta sobre la Pasión de Nuestro Señor

 

Bienaventurados los que lloran, 
porque ellos serán consolados 

Evangelio de San Mateo, cap. 5, vers. 5



Hija Mía, el primer significado de la Pasión contiene gloria, alabanza, honor, agradecimiento, reparación a la Divinidad. El segundo es la salvación de las almas y todas las gracias que se necesitan para obtener esta finalidad.

Entonces, quien participa en las penas de Mi Pasión, su vida contiene estos mismos significados, no solo, sino que toma la misma forma de Mi Humanidad, y como dicha Humanidad está unida con la Divinidad, también el alma que participa en Mis penas está en contacto con la Divinidad y puede obtener lo que quiere.

Es más, sus penas son como llaves para abrir los tesoros divinos,  esto mientras vive acá abajo, y después allá en el Cielo también le está reservada una Gloria distinta que le es dada por Mi Humanidad y Divinidad, en modo de semejarse a Mi misma Luz y Gloria, y será una Gloria más especial para toda la Corte Celestial, que le será dada por medio de esta alma, por lo que Yo le he comunicado, porque por cuantas más almas se han asemejado a Mí en las penas, tanto más de dentro de la Divinidad saldrá Luz y Gloria, y toda la Corte Celestial participará  de esta Gloria.


Revelación de Nuestro Señor a Luisa Piccarreta, 
el 30 de Mayo de 1904