martes, 5 de julio de 2011

CARTA A LOS CATÓLICOS PERPLEJOS ( III )

  Tomemos un ejemplo: la Iglesia enseñaba —y el conjunto de los fieles así lo creía— que la religión católica era la única religión verdadera. En efecto, fue fundada por el propio Dios, en tanto que las otras religiones son obra de los hombres. En consecuencia, el cristiano debe evitar toda relación con las religiones falsas y, por otra parte, hacer todo cuanto pueda para convertir a sus adeptos a la religión de Cristo.

  ¿Continúa siendo siempre verdadero esto? Por supuesto. La verdad no puede cambiar, pues de otra manera nunca habría sido la verdad. Ningún hecho nuevo, ningún descubrimiento teológico o científico —en la medida en que puedan existir descubrimientos teológicos-- hará que la religión católica deje de ser el único camino de salvación.

   Pero ocurre que el propio Papa asiste a ceremonias religiosas, de esas falsas religiones, ora y predica en los templos de sectas heréticas. La televisión difunde por el mundo entero las imágenes de esos contactos que causan estupor. Los fieles lógicamente no comprenden nada.


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