viernes, 12 de agosto de 2011

QUE CONSUELES MI CORAZÓN




   El 4 de Julio de 1920, durante la Santa Misa, Sor Josefa Menéndez se asocia a los Divinos Misterios: “Y para decir verdad - escribe - no sabía qué decir ni qué hacer… Sólo siento una necesidad continua de humillarme, porque cada vez conozco más a fondo mi miseria y pequeñez… Así estaba, cuando he visto delante de mí al Divino Corazón. Tenía clavada una espina muy gruesa - y debía ser también muy larga - derramando por ella mucha sangre.


   “Jesús mío, le he dicho, ¿quién os hace sufrir así?, ¿soy yo?. Sentía en mi alma un dolor que no puedo explicar, al ver la Sangre Divina. ¡Señor y Dios mío!, tomadme y haced de mí lo que queráis, pero no quiero que esta espina siga clavada en Vuestro Corazón… Entonces he visto salir como un clavo grandísimo, dejando un agujero tan ancho y profundo que me ha permitido ver el interior de ese Horno Divino lleno de fuego; y Jesús me ha respondido:


   -”Este clavo tan grande es la frialdad de mis Esposas. Quiero dártelo a entender para que, abrasada en amor, consueles mi corazón”.

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