viernes, 28 de marzo de 2014

IMITACIÓN DEL DIVINO PRISIONERO


          Almas escogidas! Mirad a vuestro Esposo en la prisión; contempladle en esta noche de tanto dolor... Y considerad que este dolor se prolonga en la soledad de tantos Sagrarios, en la frialdad de tantos corazones...

          Si queréis darme una prueba de vuestro amor, abridme vuestro pecho para que haga de él mi prisión. Atadme con las cadenas de vuestro amor... Cubridme con vuestras delicadezas...Alimentadme con vuestra generosidad... Apagad mi sed con vuestro celo...

          Escucha los deseos que entonces sentía mi Corazón!...Me consumía de amor el pensamiento de tantas y tantas almas a quienes este ejemplo había de inspirar el deseo de seguir mis huellas. Las veía fieles imitadoras de mi Corazón, aprendiendo de Mí mansedumbre , paciencia, serenidad, no sólo para aceptar los sufrimientos y desprecios sino aun para amar a los que las persiguen y si fuera preciso, sacrificarse por ellos como Yo me sacrifiqué.



          El amor me encendía más y más en deseos de cumplir la Voluntad de mi Padre, y mi Corazón, más fuertemente unido a El en éstas horas de soledad y dolor, se ofrecía a reparar su gloria ultrajada..." 

          Así vosotras, almas religiosas que os halláis en prisión voluntaria por amor; que más de una vez pasáis a los ojos de las criaturas por inútiles y quizá por perjudiciales: ¡No temáis! Dejad que griten contra vosotras, y en estas horas de soledad y de dolor, que vuestro corazón se una íntimamente a Dios, único objeto de vuestro amor. ¡Reparad su gloria ultrajada por tantos pecados!...


Revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a Sor Josefa Menéndez
extraídas de su libro
UN LLAMAMIENTO AL AMOR
Con Prólogo del entonces Cardenal Eugenio Pacelli

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