lunes, 22 de febrero de 2016

LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ANTIOQUÍA


   Opinan muchos que San Pedro entró en Antioquía al tercero o cuarto año de la muerte del Salvador; pero es más probable que no fue hasta después de la conversión milagrosa de Cornelio centurión. Noticiosos los Apóstoles de los rápidos progresos que hacia el evangelio en aquella populosa ciudad, enviaron allí a San Bernabé, para que de vuelta de Tarso, en compañía de San Pablo, cultivasen los dos la cristiandad de Antioquía. Un año estuvieron en ella juntando el rebaño antes que viniese el mayoral de los pastores, quien por consiguiente no estableció su primera silla patriarcal hasta siete ú ocho años después de la Pasión de Cristo, que viene a concurrir con el año de cuarenta.

    Siete años gobernó San Pedro la Iglesia de Antioquía, hasta que habiendo penetrado en el Occidente las luces de la fe, pasó a colocar su silla en la capital de todo el universo, y fijó, según los eternos designios de la Divina Providencia, el centro de la unidad y la cátedra de la religión en Roma, que hasta entonces había sido la señora del mundo.



    Fácilmente se puede discurrir los maravillosos progresos que haría el evangelio en Antioquía por el celo del Príncipe de los apóstoles; mas no son tan fáciles de comprender ni de contar los prodigios que obró por todo el tiempo que duró su residencia en aquella ciudad. Basilio de Seleucia, que floreció en el año de 450, habla de los milagros que obró San Pedro en Antioquía como de cosa notoria, sabida de todo el mundo. A los Patriarcas de Antioquía se les da el título de sucesores en la cátedra de San Pedro; en cuya atención eran respetados como cabezas de todos los obispos de Oriente, y después de la Romana era reputada aquella dignidad por la primera de la Iglesia.

    Es tan antigua en ella la fiesta de este día con el título de la cátedra de San Pedro, que ya se celebraba en Roma hacía la mitad del cuarto siglo, como se observa en un calendario dispuesto por el tiempo del Papa Liberio, donde tal día como hoy se lee: Natalis Petri de Cathedra; es decir, el día aniversario de la cátedra de San Pedro en Antioquía.

    Creen algunos que la costumbre establecida ya en el testamento antiguo, y tan religiosamente observada por la Iglesia católica en todos tiempos, de celebrar cada año la fiesta de la dedicación de los templos consagrados a Dios, movió a los fieles a celebrar también la de la consagración de los obispos, templos vivos del Señor, y como el alma de los otros templos materiales; pero especialmente a solemnizar la fiesta anual del obispado del obispo de los Obispos, cabeza de todos los pastores después de Jesucristo, su lugarteniente y príncipe de los apóstoles, el gloriosísimo San Pedro.


(“Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año” del padre Juan Croisset)

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