sábado, 2 de diciembre de 2017

PRIMER SÁBADO DE MES: "TÚ AL MENOS, PROCURA CONSOLARME"

     
          La joven Sor Lucía, vidente de Nuestra Señora de Fátima en 1917, era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra (España) cuando tuvo una nueva aparición de Nuestra Señora la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. 

          La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El Niño le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas."

          Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía: "Mira, hija Mía, Mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer Sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante quince minutos, meditando en los Misterios del Rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación"

          Lucía consultó a Nuestro Señor Jesucristo acerca de la confesión para los Primeros Sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó: "Sí; todavía con más tiempo, con tal que Me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María".

          La intención de hacer esta reparación al Inmaculado Corazón de María puede proponerse al principio. 





¿Por qué Cinco Sábados?

          Después de haber estado Sor Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los cinco sábados de reparación: "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:

      1- Blasfemias contra Su Inmaculada Concepción.

      2- Blasfemia Contra Su Virginidad.

      3- Contra Su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

      4- Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

      5- Contra los que la ultrajan directamente en Sus sagradas imágenes.





Adveniat Regnum Mariae

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