miércoles, 16 de mayo de 2018

SAN SIMÓN STOCK, el carmelita que recibió el Bendito Escapulario




          Nació en el Condado de Kent (Inglaterra) por el 1165. Su apellido Stock haría alusión según algunos a su significado en inglés "tronco de árbol" o mejor "hueco en el tronco" donde pasaba el pequeño y joven Simón muchas horas entregado a la oración.

          Al llegar los carmelitas a Inglaterra venidos de Oriente y conocer la santa vida que llevaban, pues pronto se extendió su fama por todas partes, pidió ser admitido entre ellos. El joven Simón se entregó de lleno a aquel género de vida y muy pronto fue elegido Superior General de la Orden a la que gobernó durante varios años. Unos dicen que cincuenta, otros que veinte.

          Un Santoral del siglo XIV, que recoge las vidas de los primeros Santos Carmelitas, dice de él que viendo que su Orden era duramente atacada por algunos acudía fervorosamente en ayuda de la Virgen María a quien estaba consagrada la Orden. El Cardenal Gasquet, O.S.B. dice que los carmelitas fueron recibidos en Inglaterra "como llovidos del cielo por parte de los laicos, pero no así por los religiosos y sacerdotes que no aceptaban que éstos se llamaran "hermanos de la Virgen María del Monte Carmelo".

          San Simón, a quien se le ha llamado "el amado de María", hasta llegó a componer preciosos himnos a la Virgen, Madre de Dios. Precioso es el "Ave stella matutina..." Y cada día recitaba éste que cantan todos los días los carmelitas: 

     Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda y singular. 
Madre tierna, intacta de hombre, muéstrate propicia con los carmelitas ¡Estrella del mar!

     Raíz de Jesé que has germinado una flor [Jesús], permítenos estar siempre cerca de Ti. 
Lirio que creces entre las espinas, consérvanos puros, a nosotros que somos tan débiles.

     En las dudas danos consejos prudentes, en las adversidades danos Tu consuelo. Tú que eres la armadura fuerte del que lucha, cuando la guerra enfurece, danos la defensa de Tu Escapulario.

     Dulce Madre, Virgen purísima, muéstrate propicia a los cristianos, Estrella del Mar. Puerta y llave del paraíso, Madre haz que alcancemos el lugar donde estás coronada de gloria. Amén.
(1)




     Dice el Santoral que mientras rezaba este himno "se le apareció la Bienaventurada Virgen María, acompañada de una multitud de Angeles, llevando en sus benditas manos el Escapulario de la Orden, y diciendo estas palabras: «Este será privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno; es decir, el que con él muriese se salvará»".

     Desde entonces la devoción del Santo Escapulario empezó a divulgarse por todas partes. Los Reyes y Príncipes, Papas y gentes sencillas se apresuraban a vestir este vestido de la Virgen que fue enriquecido con muchas gracias por los Papas, y por su medio la Virgen María obraba muchos prodigios.

     San Simón desarrolló una gran actividad en favor de su Orden. Consiguió el paso de Orden cenobita a mendicante. Retocó la Regla de San Alberto y obró muchos prodigios.


Flos Carmeli
versión en latín


          1- Flos Carmeli, vitis florigera, splendor caeli, Virgo puerpera singularis. Mater mitis sed viri nescia Carmelitis esto propitia stella maris.

     Radix Iesse germinans flosculum nos ad esse tecum in saeculum patiaris. Inter spinas quae crescis lilium serva puras mentes fragilium tutelaris.

     Armatura fortis pugnantium furunt bella tende praesidium Scapularis. Per incerta prudens consilium per adversa iuge solatium largiaris.

     Mater dulcis Carmeli domina, plebem tuam reple laetitia qua bearis. Paradisi clavis et ianua, fac nos duci quo, Mater, gloria coronaris. Amen. 





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